Global Humanitaria Bolivia trabaja en el Valle Alto Cochabambino impulsando procesos participativos y de transformación social, desarrollando proyectos relacionados con la problemática que afecta a la población en estas zonas rurales, como la inseguridad alimentaria o carencias en el sistema educativo, que abordamos a través de la implementación y el fortalecimiento de comedores y biohuertos escolares, así como también con la dotación de material escolar básico y la promoción de una educación con enfoque de género.
Asimismo tratamos el cambio climático y sus efectos con las comunidades educativas, entendidas éstas como espacios clave para generar procesos de educación ambiental participativa e inclusiva. En esta línea llevamos a cabo acciones de reforestación, tanto en las unidades educativas como en las comunidades más afectadas por el cambio climático. De otro lado trabajamos también el uso racional de agua y la gestión de residuos sólidos.
A pesar de los avances en Camboya la desigualdad y la pobreza afectan especialmente a las zonas rurales donde vive la mayor parte de la población que depende de actividades agropecuarias para vivir, básicamente de la agricultura.
El programa de escolarización es más que necesario en la empobrecida área rural de Takeo. Este proyecto mejora el acceso y las capacidades en lectura y escritura de más de 2.500 alumnos de primaria mediante el fortalecimiento de las capacidades de los docentes y la dinamización de bibliotecas escolares. También sensibilizamos a las familias sobre la importancia de que sus hijos asistan a la escuela.
De otro lado trabajamos en acciones para facilitar el acceso al agua potable a nivel escolar y comunitario, y mejorar la higiene y el saneamiento en 11 comunidades de Takeo, beneficiando a cerca de 13.000 personas.
Global Humanitaria inició sus labores en Colombia en 1998. Nuestros proyectos y acciones se desarrollan en Tumaco y Francisco Pizarro en el litoral pacífico colombiano, una de las zonas más vulnerables y desatendidas del país, habitada en su mayoría por población afrocolombiana y minorías indígenas.
Desde las oficinas en Bogotá y Tumaco, un equipo, entre los que se cuentan nutricionistas, trabajadoras sociales y técnicos de campo se encarga de la ejecución de proyectos y de las relaciones con los niños, niñas, sus familias y las comunidades beneficiarias.
En Colombia, trabajar en medio del conflicto y posconflicto representa la mayor dificultad para realizar nuestra gestión. Además de los programas de educación, salud y seguridad alimentaria, se trabaja de manera transversal para promover cambios en los hábitos de vida que nos permitan abordar la causa de los problemas, impulsando el empoderamiento de jóvenes y de mujeres.
Global Humanitaria trabaja en el país desde 2006 con su contraparte Sapharm y después AIDD. Un país marcado por las guerras, de 2002 y 2010, que obligaron al desplazamiento de la población y que la privaron del acceso a servicios básicos como la educación o la atención sanitaria.
Empezamos con un proyecto de saneamiento en 62 escuelas de Daloa, zona receptora de población desplazada por el conflicto. Después iniciamos un programa de seguridad alimentaria en 22 comedores escolares abastecidos por cooperativas de mujeres apoyadas por Global Humanitaria. Asimismo hemos desarrollado proyectos de atención materno-infantil en 76 localidades y programas de alfabetización de mujeres que incluyen la construcción de aulas y la formación de profesores. En Bodouakro construimos una escuela para 300 niños que completamos con un comedor escolar que recibe el apoyo de la cooperativa agrícola de mujeres de la aldea. En la misma línea hemos seguido trabajando en Sikaboutou, Diolabougou y Seribadougou, mejorando el acceso a la educación primaria de la población infantil, construyendo escuelas y comedores escolares e impartiendo cursos de alfabetización para mujeres.
A través de este proyecto, Global Humanitaria trabaja en asociación con New Settlement para crear un Fondo de Ayuda de Emergencia para familias que han perdido sus hogares por incendio o desalojo, y/o que enfrentan emergencias financieras que solo pueden aliviarse a través de un estrategia de respuesta rápida. Este programa comienza con la confianza y el entendimiento de largo recorrido que New Settlement ha construido con la gente de la comunidad de Mount Eden, en el Bronx de Nueva York. A menudo seremos el primer lugar al que acudirán en busca de apoyo. Las familias que sean objetivo de nuestros programas escolares y comunitarios y que necesiten ayuda, podrán recibir asistencia de emergencia en efectivo para satisfacer las necesidades más urgentes; la más inmediata es la falta de vivienda debido a un desalojo o a un incendio.
En 2002 Global Humanitaria empezó a trabajar en la zona sur oriental del departamento de Petén, con comunidades de los municipios de San Luis y Poptún , atendiendo a la población más vulnerable que vive en la zona rural, la población infantil.
La pobreza y la desnutrición infantil afectan especialmente a las familias en nuestra zona de trabajo, de ahí que nuestros proyectos tengan por objetivo la mejora de la seguridad alimentaria en 2 comunidades maya q'eqchí, a través de los huertos traspatio y entrega de alimentos. Asimismo impartimos formación a docentes y alumnado de primaria y secundaria en educación sexual y reproductiva y prevención de violencias con el fin de que puedan abordar desde las aulas el problema de los embarazos adolescentes. Los proyectos incluyen el enfoque de género y medio ambiente. El propósito es encaminar a la población a un desarrollo sostenible, integral y participativo en sus comunidades.
Marchd y Global Humanitaria trabajamos en proyectos educativos y de desarrollo en 2 zonas del estado de Bengala Occidental: Sunderbans y Murshidabad. En los Sunderbans, concretamente en la isla de Kumirmari, una de las más remotas y desatendidas áreas de la India. Allí hemos construido y mantenemos 14 centros educativos donde se imparten clases de refuerzo escolar cuyos alumnos proceden, en su mayoría, del entorno rural. La pobreza extrema forma parte de sus vidas por lo que muchos de los niños, sin este apoyo, se habrían visto obligados a abandonar la escuela.
En Sunderbans también distribuimos desayunos escolares como refuerzo nutricional, con el objetivo de favorecer la asistencia a clase y reducir la incidencia de enfermedades infecciosas. Además llevamos a cabo un programa de atención sanitaria a la población escolar (1.200 niños y niñas) y sus familias en el Centro de Salud de Kumirmari. La última incorporación en Sunderbans ha sido la Escuela de Música Juan Valdivia, donde se enseña música tradicional a 60 alumnos.
Desde septiembre de 2016 trabajamos en otra zona de Bengala Occidental, en el distrito de Murshidabad. Allí hemos puesto en marcha 5 centros educativos y llevamos a cabo acciones de sensibilización con la comunidad sobre higiene y salud, derechos de la infancia y derechos de la mujer.
La guerra en Siria ha dado lugar a una crisis humanitaria en toda la región. Unas 250.000 personas, en su mayoría civiles han muerto y desde principios de 2013 el número de refugiados sirios en países vecinos se ha más que duplicado. Las cifras más recientes de ACNUR indican que más de 4 millones de refugiados sirios buscan seguridad en Jordania, Líbano, Turquía e Irak, así como en el norte de África. Más de la mitad son niños y muchos de ellos están traumatizados por la guerra.
Se calcula que a Jordania han llegado cerca de 1,3 millones de sirios. Esta afluencia masiva ha supuesto una enorme presión sobre la economía y los servicios públicos, la salud, el agua, la educación, la energía, la prestación de servicios y el empleo juvenil. En las comunidades urbanas y rurales de todo el país, los refugiados sirios se enfrentan a desafíos importantes, Sin trabajo, las familias dependen de sus ahorros y son más vulnerables a la violencia, la explotación y el abandono escolar. También a los trastornos psicosociales causados por la guerra y el desplazamiento. Las mujeres y los niños, que representan casi el 80%, son los más vulnerables a la explotación sexual, al abuso físico y psicológico y al abandono.
En Amán y Madaba, Global Humanitaria lleva a cabo proyectos de ayuda humanitaria y educación dirigidos a niños refugiados sirios.en colaboración con Al Mahd for Training and Social Development.
A raíz de la toma de poder por parte de los talibanes en Afganistán, se produce un éxodo masivo de población huyendo del nuevo régimen hacia países limítrofes como Pakistán, que desde hace décadas recibe refugiados, desplazados o solicitantes de asilo afganos.
Global Humanitaria en colaboración con Pakistan International Human Rights Organization (PIHRO) identifican un asentamiento de familias afganas en Mansehra, cerca de la frontera con Afganistán, con graves dificultades para acceder a servicios sanitarios. Allí el Hospital Civil de Phulra atiende a población local y a 2.000 familias refugiadas. El centro de salud es el único en la zona a donde pueden acudir y se encuentra en estado casi ruinoso, con carencias de material, equipamientos y personal. Todo ello atenta contra el derecho a la atención dificulta el acceso a la salud básica
El Hospital de Phulra data de1 951 atiende a población local y refugiada del distrito de Mansehra. Nuestro programa se dirige a mejorar las condiciones de vida de las familias afganas refugiadas, mejorando su acceso a servicios básicos de salud en este Hospital.
Global Humanitaria trabaja en zonas rurales de Perú desde 2001 mediante proyectos de educación y seguridad alimentaria con un enfoque inclusivo, de género, intercultural y participativo
Desde 2012, desarrollamos el programa de salud y seguridad alimentaria, que se refuerzan con el programa de huertos escolares pedagógicos, gestionados por las comunidades educativas.
Los beneficiarios son comunidades altoandinas vulnerables ,de origen quechua Las acciones desarrolladas se orientan al fortalecimiento de la comunidad como una estructura organizacional. Trabajamos a la vez, a nivel comunal, familiar y escolar.
Es crucial incluir a la escuela, por la importancia que representan en estas comunidades, donde en muchos casos son la única institución presente. Las familias convergen en la escuela, y transmite conocimientos a los niños, sus familias y líderes. Esto contribuye a la sostenibilidad de la intervención.