La comunidad en la que vive Ahou está formada por pequeños agricultores que llegaron a la zona en los años 60 en busca de tierras para cultivar. Ella y sus hermanos asisten a la escuela de Bodouakro con la que Global Humanitaria colabora. Aquí nos cuenta cómo es su día a día:
"Mi casa es de barro y paja. El año pasado mi padre puso cemento y chapa y ahora cuando llueve dormimos bien. Mi padre trabaja en una pequeña plantación de cacao. También cultiva ñame, arroz y yuca. Mi mamá se ocupaba de la casa, nos cuidaba, y ayudaba a mi padre en las labores del campo. Pero acaba de fallecer y ahora nos ayudan mis tías y tíos".
"Comenzamos el día a las 7h. Cuando voy a la escuela voy a coger agua para lavarme y cepillarme el pelo y los dientes. Si hay comida que ha quedado del día anterior, la caliento y desayuno con mis hermanos. Tengo 6. Después nos vamos a la escuela que está a dos kilómetros".
"Me gustan las matemáticas y leer. ¡Me encanta cuando el maestro nos cuenta historias! Cuando no hay clase ayudo a limpiar en casa y en el campo o me quedo jugando con mis hermanos o con otros niños. Por la noche, después de cenar, repaso los deberes y me voy a dormir".
" En mi comunidad la gente trabaja junta. Pero falta electricidad y también un centro de salud. Si pudiera cambiar algo, pondría luz y arreglaría el camino a Daloa. También me gustaría tener una zona para jugar. Mis amigos y yo jugamos mucho a pelota, me encanta el fútbol. También me gustan los animales, sobre todo los perros. Al nuestro le mordió una serpiente y se murió".
"Mi mayor deseo es poder terminar los estudios y visitar otros países. Cuando sea mayor quiero ser maestra y enseñar a leer y escribir a los niños pequeños".