En febrero, dos seísmos de magnitud 7,8 y 7,6, causaron la muerte de al menos 50.000 personas en el sur de Turquía y más de 7.000 en el noroeste de Siria. Más de 100.000 edificios se derrumbaron. Desde entonces, Global Humanitaria ha realizado entregas de productos básicos en Hatay, la región más afectada por los terremotos, y ha visitado la zona para conocer las historias de los supervivientes.
"La noche del terremoto, nos cuenta Sunay en Samandag, " mi marido no era capaz de salir del edificio. Vivíamos en una segunda planta y no pudimos abandonar el piso hasta que no cesaron los temblores. Fue horrible’. Después de perder su casa, Sunay vive en una tienda de campaña con sus tres hijos adolescentes y su marido que es invidente.
En el mismo edificio se encontraban sus suegros, de avanzada edad y con problemas físicos. Con ellos, y otras catorce personas más, estuvieron viviendo en una furgoneta hasta que consiguieron dos tiendas, una de ellas ,especialmente precaria, que utilizan sus suegros. La otra, demasiado reducida para Sunay y su familia. Tanto ellos, como el resto de personas que conforman este improvisado campamento, no tienen acceso a agua, baños o manera alguna de lavar la ropa o los pocos platos que tienen. Además, Sunay añade que ‘cocinamos con un camping gas, pero no tenemos dinero para comprar los recambios cuando se nos acaba la botella. Vivimos sin saber cuántas veces al día o qué día de la semana vamos a recibir ayuda humanitaria’.
Aun así, lo que más le preocupa es que sus hijos puedan volver a la escuela y aprobar el examen para empezar el instituto. ‘Yo puedo pasar toda mi vida en una tienda, pero no soporto ver a mis hijos en esta situación’, concluye.
Global Humanitaria en Samandag
Solo en Hatay, perdieron la vida más de 21.000 personas y más de 24.000 resultaron heridas. En esta zona del sur de Turquía, en poblaciones como Samandag (121.109 habitantes) prácticamente el 100% de sus edificios se derrumbaron. Todo ello hizo que su población improvisara campamentos donde decenas de personas se hacinan compartiendo precarias tiendas de campaña donde guardan todo lo que tienen. Estas se agolpan a ambos lados de la carretera principal, lo más cerca posible de la ayuda que apenas llega en furgonetas. Las lluvias, la falta de productos de higiene, aseos, duchas o ropa limpia ponen en riesgo la salud de la población.
En ese sentido, Global Humanitaria trabaja con la ong local CYDD identificando las necesidades de las familias, familia, poniendo el foco en la infancia. Allí hemos llevado alimentos, ropa y productos de higiene, como puedes ver en este video: Llevamos ayuda a Turquía: dos meses después del terremoto la emergencia continúa