Bolivia ha declarado la emergencia nacional por los incendios que afectan al país desde junio. Más de 3.000 focos continúan activos y, hasta la fecha, el fuego ha arrasado cerca de cuatro millones de hectáreas , el 40% de bosques, y la calidad del aire ha alcanzado niveles peligrosos para la salud pública a causa del humo.
Los departamentos más afectados son Santa Cruz, Beni y Pando, mientras que la contaminación atmosférica impacta otras regiones, como Cochabamba, Chuquisaca, Tarija y La Paz. Este desastre ambiental ha forzado la evacuación de comunidades rurales, la suspensión de vuelos por baja visibilidad y la interrupción de clases presenciales.
La catástrofe se enmarca en la grave crisis climática que afronta Bolivia: sequía extrema y altas temperaturas se combinan con malas prácticas como la deforestación y las quemas agrícolas, que incrementan el riesgo de incendios. Bomberos bolivianos siguen luchando arduamente por controlar los múltiples focos del incendio.
Los de Bolivia son parte de una ola de incendios que golpea a la Amazonia, región compartida por varios países sudamericanos, que ha llenado de humo los cielos del Cono Sur. (ver mapa inferior en tiempo real)
Tras la declaración de emergencia nacional, el gobierno ha recibido el apoyo de brigadas internacionales procedentes de Brasil, Chile, Uruguay y Venezuela. Además, redes de voluntarios se han activado para brindar asistencia humanitaria a las comunidades damnificadas.
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