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“Ahora puedo leer libros, escribir mi nombre y mi dirección en bengalí y hacer algunas cuentas” dice sonriente Namita Sadar de 45 años, “ Puedo hacer mi firma si tengo que ir al banco o a la oficina de correos, en lugar de usar el pulgar”. Namita es una de las más de  200 mujeres que asisten a clases de alfabetización, que forman parte del programa Mujer a Mujer de Global Humanitaria. 

Namita vive con su familia en Kathkali, población en la isla de Kumirmari (India). “Me casé cuando tenía 14 años porque mi familia era muy pobre. Mi padre era jornalero y ganaba tan poco que no nos alcanzaba ni para lo básico. Tengo un hermano y una hermana menores que tampoco fueron a la escuela porque no teníamos medios y además, la escuela estaba lejos de casa".

"Mi madre también era analfabeta. Siempre estaba ocupada con la casa, los hijos.. A pesar de todo lo que trabajaba, mi padre y otros miembros de la familia no la tenían en cuenta, ni la cuidaron cuando lo necesitó. No podía contradecir a los suegros ni a su esposo. Murió a los 64 años"."Si me comparo, yo ahora estoy estudiando y aprendiendo muchas cosas. Mi esposo, así como la gente de la comunidad, me respetan y me motivan a continuar mis estudios. Puedo tomar decisiones, cosa que no podía hacer mi madre. Tengo una segunda oportunidad".

"En casa somos 5, con mi marido y mis nietos. Mi esposo Sachin trabaja como jornalero en el campo o en cualquier trabajo que surja. Los ingresos son bajos y yo también trabajo en el campo por temporadas. Mis hijos fueron a la escuela y estudiaron hasta acabar la primaria, no lo suficiente como para conseguir un buen trabajo. Somos pobres y seguimos más o menos en la misma situación. Mi hija se casó a los 18 años y vive con sus suegros y esposo en otra aldea. Mi hijo se casó a los 19 años y trabaja como jornalero en Tamil Nadu [sur de la India] ".

“Mis compañeras de clase son más o menos como yo: pobres y analfabetas.  Antes teníamos que pedir permiso para hacer cualquier cosa, para ir a cualquier parte. Ahora las cosas han cambiado y nuestros maridos nos motivan a asistir a clases y acabar el curso, después de terminar las tareas de casa. Nuestros hijos también están contentos de ver que tenemos iniciativa para mejorar”. “Yo quiero aprender más y después poner en marcha un negocio, una tienda de comestibles o de verduras, para ser autosuficientes “.

El 8 de Septiembre es el Día Internacional de la Alfabetización. Según datos de Unesco,  763 millones de jóvenes y adultos carecen de habilidades básicas de lectura y escritura; la crisis del COVID-19 y  el cambio climático y los conflictos, han agravado esa carencia de formación que incide directamente en las oportunidades de la población, y que se considera fundamental a la hora de construir una sociedad instruida, sostenible y una convivencia pacífica.

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El programa Mujer a Mujer de Global Humanitaria vincula a mujeres que ayudan a otras, en este caso,  a 214 de la isla de Kumirmari que desde que participan en el proyecto van a clase a aprender a leer, escribir y también nociones de matemáticas.  Estos días impartimos formación a 10 docentes para mejorar sus aptitudes pedagógicas y el aprendizaje de las alumnas.  El curso se está llevando a cabo en 10 centros educativos 

> Conoce más a fondo el programa MUJER A MUJER