"La discriminación de género en Sunderbans va íntimamente ligada al acceso a la educación y a los indicadores de salud y nutrición", explica Sujan Gangopadhyaya, técnico de proyectos en la zona. "Nuestra área de trabajo arrastra carencias que afectan a toda la población pero especialmente a las mujeres".
"Ellas desempeñan un doble papel de madres y sostén de la familia, trabajan la tierra, pescan y se adentran en el bosque en busca de alimentos y combustible, arriesgando sus vidas. Acaban con graves problemas de salud, sobre todo causada por malnutrición. A menudo evitan explicar sus dolencias al médico, así que solo acuden cuando los síntomas se agravan. La isla de Kumirmari forma parte del archipiélago de Sunderbans, zona de manglares que se inunda periódicamente a causa de los ciclones. Gran parte de la población vive en casas de arcilla y carecen de agua potable y de saneamiento".
"En la zona" , continúa Sujan, "las mujeres no son demasiado conscientes de sus derechos; están luchando por sobrevivir y concentran sus esfuerzos en la crianza de sus hijos. "La exclusión del ámbito económico (remunerado) tiene efectos en todo lo demás. La tasa de alfabetización femenina en la zona es muy baja. Las mujeres con poca o ninguna educación no tienen confianza en si mismas y son subestimadas por una sociedad marcadamente patriarcal. En India, el 42% de las mujeres casadas lo fueron siendo niñas. Se calcula que hay más de 4,5 millones de niñas menores de 15 años casadas con hijos (el 70%, con 2 hijos)
El programa Mujer a Mujer que desarrollamos en la India empezó con 114 mujeres que asistían a cursos de alfabetización. Ahora son más de 214 las mujeres participantes en acciones que Global Humanitaria impulsa para mejorar sus condiciones de vida y sus oportunidades. El programa incluye formación y sensibilización en derechos y en nutrición y salud, para facilitar el acceso a la atención primaria y al control ginecológico más aun en el caso de mujeres embarazadas y lactantes. Ahora trabajamos, gracias al apoyo de nuestras socias y colaboradoras, para que este grupo de mujeres no avancen aisladamente sino que puedan impulsar a su comunidad, ampliando el grupo hasta las 400.
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