Durante los meses de abril, mayo y junio estuvimos adquiriendo material necesario para distribuir útiles escolares a 4.461 niños y niñas de 60 centros educativos, y materiales pedagógicos para facilitar la asistencia y garantizar el fortalecimiento del aprendizaje en el aula. Y es que en Guatemala, este 2023 todas las clases se han retomado de manera presencial por primera vez desde que se inició la pandemia sanitaria en 2020. En 2022 tras el levantamiento del confinamiento los escolares han estado cursando sus estudios de forma híbrida.
Comunidades rurales e indígenas
El acceso a la educación formal es desigual en Guatemala, siendo los más afectados las niñas y niños de comunidades rurales e indígenas. En ese contexto hay factores que confluyen, como la falta de recursos de las familias y de los docentes , o la falta de conectividad (muchas comunidades carecen de electricidad). También el factor de la lengua es importante, puesto que no existen escuelas que impartan clase en ciertos niveles educativos en lengua materna.
La pobreza hace que muchas familias tomen la decisión de matricular a algunos de sus hijos(as) y dejar a otros(as) fuera del sistema escolar, o bien a ir turnándolos por curso. Y es que por necesidad y costumbre, muchos niños y niñas indígenas se incorporan al trabajo desde temprana edad, ayudando en casa o en el campo. Eso dificulta su escolarización y su aprendizaje e impide que completen su educación primaria o, en algunos casos, que ni siquiera accedan al sistema educativo. En el caso de las niñas y adolescentes las oportunidades de escolarización son todavía menores. De ahí la importancia de trabajar, conjuntamente con comunidades y docentes, para apoyar la educación básica, desde la mejora de los recursos en el aula a las sesiones de sensibilización a familias.
Según un estudio de Cepal* sobre la brecha en el acceso a la educación, los niños ingresan al sistema educativo gradualmente y tarde. El acceso en inicial es mínimo aunque a los 7 años, casi el 100% de los niños asiste a la escuela. La tendencia es que los niños se mantengan en el sistema hasta los 12 años, a partir de los 13 años sale una gran parte, prácticamente la mitad.; de los que están, ( desde preprimaria 4 años y secundaria, 18 años) únicamente el 39% de ellos está en la edad que les corresponde.
La caída de las tasas netas es más profunda en la zona rural, incluso en primaria. En este nivel, la repitencia, y con ello la sobreedad, se convierten en uno de los mayores desafíos para garantizar permanencia en la escuela .
*(Comisión Económica Para América Latina y el Caribe)
Imagen: Con el apoyo del Ayuntamiento de Avilés, hemos entregado material escolar en 60 escuelas rurales del Petén, Guatemala (Global Humanitaria)