Miles de familias abandonaron sus hogares la noche del viernes 8 de septiembre a las 23h, cuando un terremoto de intensidad 6,8 hizo temblar la tierra causando 2.862 muertos y 2.562 heridos. Son datos del último balance del lunes 11 de septiembre que se van incrementando con el paso de las horas, especialmente en las zonas rurales más aisladas y empobrecidas del Atlas donde abundan las construcciones de adobe. El tiempo es crucial para el rescate de las víctimas y para hacer llegar la ayuda a los supervivientes: muchos se han quedado sin nada.
Un equipo de Global Humanitaria se ha desplazado hasta el epicentro del terremoto, Amizmiz, una de las localidades más afectadas por el seísmo, al sur de Marrakech, para entregar ayuda de emergencia: 1.000 raciones de alimentos, agua y productos de higiene. También para identificar las necesidades más urgentes de la población y determinar la manera de ser más útiles y eficaces en estos momentos. Ahora es muy importante hacerles llegar toda la ayuda posible para minimizar el impacto de una catástrofe que, según se estima, afectará a más de 300.000 personas.
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